Cuando uno llega a la isla a trabajar, lo primero que busca es un piso a bajo precio para poder ahorrar lo máximo posible, y es ahí dónde descubre hasta dónde puede llegar la bajeza en los habitaculos que se ofrecen como alojamientos en mallorca, y es que la calidad tiene un precio y cuando sólo se mira el precio ocurre lo que ocurre que cuatro paredes, un techo y un suelo se le considera un hogar, lamentablemente eso no es cierto y obviamente al verlo la justificacion del precio esta totalmente acertada.
Es cierto el precio es importante pero lo primero es pararse unos minutos a observar la calidad de la vivienda donde nos vamos a alojar, que es una vivienda, un hogar, no un colchón donde dormir.
Somos personas, no animales, no podemos conformarnos con un zulo, la vivienda ha de tener una calidad, un espacio común como un salón, niegate a vivir en un piso en el que hasta el salón se alquila como habitación, necesitas un lugar donde tener esparcimiento, no una mala pensión donde morirte.
Los compañeros de piso deben ser los adecuados, los mas compatibles posible para que puedas relacionarte, no lo olvides, no vives solo, has de relacionarte y tener una vida en común. Es una convivencia vivir, conocer a otras personas que de base son desconocidas pero con las que puedes llegar a tener amistad, de hecho eso deberia ser un imperativo.