Pisos compartidos: forma efectiva de vivir
El gobierno esta incentivando los pisos compartidos como forma convivencia cívica, las posibilidades de reducción de gastos para los ciudadanos invita sobremanera a rescatar del pasado esta forma de vivir. Recuperamos una forma efectiva de vivir, nuestros abuelos ya experimentaron la escuela de compartir casa. No es sólo un ahorro diario en los gastos, implica una experiencia vital, desde la búsqueda de un piso y sus inquilinos, los nuevos compañeros de piso, una nueva familia elegida. No caigamos en el error de buscar personas excesivamente iguales, que ganariamos con dicha elección? busquemos la enriquecedora experiencia, de compartir piso con personas con diferencias, que nos proporcionen experiencias vitales, que nos puedan enseñar algo nuevo.
Compartir: cocina del cambio
Conlleva patrones de comportamiento, que reestructuran la forma de relacionarnos con los demas, valores como el compartir, la empatía, la sociabilización tan perdidos en los últimos tiempos, de este modo són fomentados. Un ahorro de gastos comunitarios conduce: a una sociedad mas sana, mas solidaria, mas humana. Las relaciones entre los miembros de la vivienda: conducen a generar vínculos relacionales directos, una tertulia en el salón entre personas de diferentes culturas es la semilla de un pensamiento asambleario, empírica, formativa e integradora.
Ni 12M, ni arcadas por la clase política, ni hartazgo de injusticias, ni quebranto humanitario de desgracias en el continente africano. NO, sólo es necesario un cambio de escenario: un piso compartido dónde sí o sí podamos depurar nuestras conciencias, obligarnos a recapacitar, canalizar nuestras energías individualistas en colectivas, en un pensamiento humano.
Y es que dentro de unos años los ciudadanos miraremos atrás y seremos conscientes del cambio, de que una sociedad madura, con valores, con convivencia activa reivindicativa, formada en el ejercicio de «compartir casa» entre personas de diferente cuna, adquirieron unas estructura de pensamiento sólidas, sin desprecios a lo desconocido, sin codiciosas pretensiones menospreciando el coste que implica para otros.
Resultados de compartir piso
Los sociólogos la definen como una oportunidad para quebrar con el pesimismo social, las calles se han movilizado, pero falta la transformación interior, no podemos reivindicar cambios sin el convencimiento de que nosotros mismos vivimos el día a día trabajando desde nuestras casas. El deseo es mas fuerte con los convencionalismo trasnochados y poder vivir día a día, minuto a minuto con personas ajenas a nuestra educación es sin duda la senda para promover una concienciación más ética y compatible con nuestra naturaleza humana.
Se desvanecen las desigualdades arcaicas basadas en diferencias intangibles, el contacto favorece la comprensión y aceptación. La natividad con su frío meteorológico (no ambiental) invita a reunirnos junto al calor del hogar, a compartir un mínimo espacio que genera calor humano; sin quererlo unos hábitos son crisol de un cambio social, un cambio muy deseado, mas en estos tiempos entrañables de nostalgias de un tiempo, que nunca sabremos si fue tan bonito como nuestros recuerdos infantiles conservan.
Feliz navidad a quienes trabajan por el cambio.
Un pensamiento en “Compartir piso: crisol del cambio”